miércoles, 28 de marzo de 2012

Semana 37: Primer monitor

Y así, como sin hacer ruido, hemos llegado al punto en el que si explotara hoy, el bebé ni siquiera sería prematuro. Es una sensación extraña de alerta inminente y de expectación sorda, porque el tiempo sigue corriendo pero realmente no sabes hasta cuando durará ésto. Ahora estoy picando algo de queso, igual en unas horas debo salir hacia el hospital... ¿quién lo sabe? Vendrá cuando quiera.

Esta tarde he tenido la primera sesión de las llamadas "correas", que no son más que un par de sensores que te colocan panza parriba encima de la tripilla, enchufados a una especie de "máquina de la verdad", con sus agujas pintoras y su papel contínuo milimetrado, que va registrando los latidos del bebé y las contracciones (aún inexistentes apenas) y permite ver si el inquilino está a gusto todavía o ya ha empezado a hacer las maletas. Tras media horita en esa posición, todo está bien, así que hasta la semana que viene... Porque ahora esto ya será la rutina semanal hasta que llegue el momento de dar a luz.

La primavera empieza a hacer verdadera aparición, y con el calor parece que mi tripa se estira hacia afuera para hacer la fotosíntesis... A ver si la semana que viene - Semana Santa- le doy un poco de solete para darle la bienvenida al buen tiempo. Empiezo a sentir que es el momento de ir liberando mi cabeza de la tensión laboral para preparar el camino psicológico a lo que se me viene encima, dormir un poco, olvidar un poco, ir desenganchándome poco a poco para ir reduciendo en lo posible situaciones de estado de shock...

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