Con la llegada de Marzo, las encendidas manifestaciones estudiantiles de estos días y este calor primaveral anticipado estoy intentando preparar mi cabeza para asumir que el día D es ya el mes que viene, y con el recuerdo de las imágenes del vídeo que nos pusieron ayer en las clases aún bien vívido en la memoria, empiezo a sentir un escalofrío que me recorre la espalda...
Querría decir que no soy cobarde pero debo reconocer que la sola visión de esa cabecita asomando mientras los médicos hablan del fin de semana, entre contracción y contracción, me aportó lo más cercano al pavor que he sentido hasta el momento, ese miedo a un destino buscado pero ya inevitable y sin incertidumbre, pánico desatado a ese dolor que como dicen es el único asociado a algo positivo de entre los que estamos destinados a sufrir. Y al mismo tiempo, la certeza de que no querría estar en ningún otro lugar y que el sólo pensar en vivirlo ya es una experiencia. Al fin y al cabo es un medio para conseguir un fin, ¿no?, y yo siempre he sido una persona práctica. Creo que forma parte de la verdadera formación para lo que vendrá, el aprender a poder ser, sentir e interpretar varias cosas a la vez, y conseguir ser coherente y parecerlo en el intento...
El link de hoy es sobre un cinturón pélvico del que todo el mundo habla maravillas para recuperarse después, para conseguir cerrar los huesos de nuevo. Lo dejo aquí para poder rescatarlo en caso de necesitarlo en unas semanas: http://www.shrinkxhips.com/
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